Se denomina pie de riesgo al que, por características específicas relacionadas con enfermedades y trastornos del organismo del paciente, tiene más tendencia y un riesgo mayor de padecer lesiones en los pies.
Las características del pie de riesgo van asociadas normalmente a enfermedades y factores de riesgo como la diabetes o problemas de alcoholismo y tabaquismo. Todo esto provoca la aparición de heridas en los pies y otras afecciones como infecciones de diversa gravedad, úlceras, atrofia muscular, deformaciones óseas…
El pie de riesgo se caracteriza por la aparición de heridas y úlceras graves en el pie
El tratamiento del pie de riesgo es un problema que debe ser tratado por especialistas de diferentes especialidades.
En nuestro papel como podólogos es primordial informar sobre cómo prevenir éstas lesiones y tratar las existentes para mantener un estado de salud óptimo para cada paciente. Para ello nos valemos de distintas técnicas podológicas para tratar el pie de riesgo, empezando por informar al paciente de su problema y de los consejos que debe seguir para un correcto tratamiento en casa.
Posteriormente se realiza al paciente un análisis de la pisada sobre la plataforma de presiones, lo que ayuda a completar un estudio biomecánico de la marcha que nos permita aconsejar el calzado adecuado y aplicar, si fuese necesario, correcciones mediante tratamiento ortopodológico.
El pie de riesgo es una dolencia habitual y que se trata también habitualmente en la podología de la tercera edad.